“Yo se los digo: si no se proponen algo más perfecto que lo de los fariseos, o de los maestros de la Ley, ustedes no pueden entrar en el Reino de los Cielos” Mt. 5,20 Una de las tentaciones más grandes que podemos tener y de hecho tenemos, es la de querer evaluar nuestro camino espiritual comparándolo con el de los demás. Ni qué decir cuando miramos la vida de quienes dirigen la comunidad o de las autoridades religiosas. Y con ese discurso pretendemos justificar una vida de fe a medias, poco comprometida. El texto que hoy leemos nos recuerda que cada uno hace su camino y que estamos llamados a dar frutos concretos buscando cada día crecer humana y espiritualmente, obrando el bien y siendo transparentes. ¡Señor, ayudanos a caminar hacia una versión más semejante a ti! Paz y bien!