La parábola de las cinco vírgenes prudentes y cinco necias nos muestra cuán importante es en la vida ser una persona preparada, capaz de afrontar situaciones adversas sin que falte aceite en nuestras lámparas. Esta reserva de óleo la conseguimos a través de la oración y de la caridad constantes. Si en nuestra vida vamos cada día meditando en la Palabra del Señor, si somos solidarios con quienes nos necesitan, si vivimos los sacramentos, entonces, aunque tarde el esposo o vengan pruebas, tendremos una reserva de óleo que nos ayudará a superar las oscuridades de la noche aun cuando sea muy larga. Paz y bien.