Nuestra fe nos enseña que cada uno de nosotros tiene un ángel custodio que nos cuida, protege e intercede por nosotros ante el Padre eterno. Las palabras de Jesús nos dejan claro. Sin embargo, muchos de nosotros no damos el debido valor a este compañero espiritual que Dios nos regala y muchas veces lo ignoramos totalmente, no le damos importancia ni disfrutamos de su ayuda. Nuestro ángel custodio nos acompaña siempre y cuando nos damos cuenta de esto y entramos en mutua colaboración con él, esto puede darnos muchos beneficios. No dejes tu ángel custodio desocupado. Paz y bien. Hno Mariosvaldo Florentino, capuchino