9/3/2024

“Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, Jesús contó la parábola del fariseo y el publicano”. Lc 18, 9

“Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, Jesús contó la parábola del fariseo y el publicano”. Lc 18, 9 Una de las tentaciones más dañinas que podemos tener es aquella de creer que ya somos perfectos y que los demás son los que necesitan cambiar. Jesús rechaza este espíritu farisaico que está siempre vanagloriándose y buscando defectos en los otros. El orgullo y la soberbia ponen a perder hasta lo que de bueno podría haber en una persona. Debemos combatir con todas nuestras fuerzas esta tentación sabiendo que los primeros que deben cambiar somos nosotros. El peor enemigo que debemos vencer es nosotros mismos con nuestros egoísmos. Paz y bien.

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