San Mateo es un icono de lo que la gracia y la misericordia de Dios puede hacer en una persona. Él era un gran pecador. Estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, o sea, estaba acomodado en su vida de pecado, pero igual Jesús lo llamó y él respondió, tornándose apóstol de Cristo y, además, evangelista. Su predicación en aquellos tiempos hizo nacer comunidades; también las páginas del evangelio por él escritas vienen transformando la vida de muchas personas a lo largo de los siglos. Tal vez también nosotros estemos acomodados en nuestro pecado, y hoy Jesús nos llama. Paz y bien.