Jesús probó el vinagre y dijo: Todo está cumplido. Después inclinó la cabeza y entregó el espíritu

Viernes Santo “Jesús probó el vinagre y dijo: Todo está cumplido. Después inclinó la cabeza y entregó el espíritu” Jn. 19,30 Que escena desgarradora tenemos hoy. El amor no es amado, es rechazado. Jesús, cuyo amor y poder había tocado a tantas vidas, es condenado y muere en la cruz ante ofensas y malos tratos que lo dejan irreconocible. Y él, como cordero ofrecido en holocausto, se entrega con amor y paz. Hoy es un día para contemplar en la cruz, al crucificado. Desde sus heridas brotan ríos de misericordia y vida para quienes creen en él. Hoy, viernes santo, vemos hasta qué punto puede llegar la maldad… pero vemos además cuánto mayor es el amor. Que al contemplar al crucificado, nos sintamos profundamente amados y le entreguemos el corazón. Depositemos a los pies de la cruz todo lo que tenemos y lo que somos. Y como Jesús, entreguémonos completamente al Padre. Paz y bien.

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