“Guárdense de las buenas acciones hechas a la vista de todos, a fin de que todos las aprecien. Pues en ese caso, no les quedaría premio alguno que esperar de su Padre que está en el Cielo”. Mt 6,1 Una de las cosas que Jesús siempre denunciaba era la hipocresía, ese disimulo de bondad que realizaban las personas para quedar bien. Hoy explícitamente nos dice que no realicemos obras sólo por presión social o para quedar bien ya que ese tipo de acciones no tiene ningún mérito. Podríamos en esta jornada ingresar a nuestro Santuario Interior: nuestro corazón. Y allí ver cuáles son las motivaciones más íntimas que tenemos para obrar el bien a los demás. Clamemos por el don del discernimiento y de la sabiduría. Que ellos nos ayuden a purificar nuestras intenciones y a obrar el bien genuinamente. Paz y bien.