Jesús condena fuertemente a todos a aquellos que, al creerse importantes por los títulos que tienen o por los cargos que ocupan, manipulan el conocimiento o el poder que tienen a favor de sí mismos sin colocarlo al servicio de los demás. Los dones que Dios da a cada uno deben ser usados para el bien de los hermanos. Apropiarse de los dones que Dios me dio y usarlos solamente pensando en mis ventajas personales es también un modo de robar. Famoso es el dicho: “quien no vive para servir, no sirve para vivir”. Paz y bien.