Todos somos limitados y muchas veces fallamos. Dentro del cristianismo, existe lo que llamamos “corrección fraterna” para ayudar, con caridad, a los hermanos que se equivocan a que se rectifiquen. Jesús es muy claro: tiene que haber una falta real, no puede ser solo una suposición. Luego, lo primero es buscar al hermano, con mucha discreción, esto es, a solas, para conversar y exponerle su error. Solo si no te escucha buscas una tercera persona y, al final, hasta a la comunidad. La finalidad de la corrección no es humillar el hermano, sino ayudarlo a mejorar. Paz y bien.
Todavía estamos trabajando en estos videos que van a ayudarte a sobrellevar las adversidades del día a día. ¡Revisá todos los videos!