Trajeron a Jesús un hombre paralítico y él, viendo la fe de los que lo transportaban, lo sanó. La parálisis es terrible: hace depender en todo de los demás. Muchos hoy están paralizados espiritualmente a causa de traumas, decepciones, materialismos, vicios, depravación… Ellos mismos, a lo mejor, no van a buscar ayuda; somos nosotros los que tenemos que encontrar el modo de llevarlos a Jesús para que él, viendo nuestra fe, pueda sanarlos. Así ellos podrán alzarse y caminar con sus propias piernas hacia Dios, pero sin olvidarse del pasado, esto es, llevando su camilla para que no vuelvan a caer en lo mismo. Paz y bien.
Todavía estamos trabajando en estos videos que van a ayudarte a sobrellevar las adversidades del día a día. ¡Revisá todos los videos!