“Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables… no hagan como ellos, pues antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan” Mt. 6,7-8 Nuestro papá Dios es pura providencia y bondad. Él, el omnisapiente, conoce los anhelos más profundos de nuestro corazón, conoce acerca de nuestras necesidades. Aún así, con la oración conversamos con él y le exponemos lo que sentimos, pensamos y necesitamos. Que nuestra oración sea una oración del corazón. No hace falta palabras rebuscadas ni discursos elocuentes que intenten convencer al Señor. Que nuestra oración sea la expresión más grande de amor y confianza en nuestro Padre… y que en ella nos abandonemos siempre a su santa voluntad. Él sabe lo que nos conviene y en el tiempo preciso, la gracia llega. El tiempo de DIOS siempre es perfecto. Confía y espera. Paz y bien.
