7/4/2024

«Luego dijo a Tomás: “En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe”». Jn 20, 27

«Luego dijo a Tomás: “En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe”». Jn 20, 27 Santo Tomás no consiguió creer fácilmente que Jesús estaba resucitado. Él quería creer, él deseaba que fuera verdad que Jesús estaba vivo, pero le costaba creerlo. Era un hombre sincero. Y Jesús vino hacia él para sanar la duda. Y él, delante de Jesús, profesó su fe: «Señor mío y Dios mío». Para Dios no es un problema dudar. Si de verdad deseamos creer, Él encontrará el modo de sanar nuestra duda. El problema es cuando no queremos creer, cuando decidimos que no vamos a creer, pues así inútil será cualquier esfuerzo. Paz y bien.

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