2/3/2024

“Cuando todavía estbaa lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó”. Lc 15, 20

“Cuando todavía estbaa lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó”. Lc 15, 20 La parábola del Hijo pródigo es uno de los mejores iconos de la misericordia de Dios. El padre bondadoso, delante del hijo que tanto se equivocó, pero que está volviendo a casa, no se resiste y lo acoge conmovido y le devuelve toda la dignidad de antes, sin castigarlo, sin reprenderlo, sin imponer condiciones. Dios es así. No debemos ni podemos tener miedo de Él. Por mayor que haya sido nuestro pecado, Él quiere perdonarnos, quiere recuperarnos. Sin dudas, podemos confiar en el amor de Dios y volver a Él. Paz y bien.

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